sábado, diciembre 31, 2011

Índice 2011


Lecturas de 2011


Narrativa

Historia

Ensayo

Geología

Poesía

Fotografía

Política

Novela histórica

Biografía y autobiografía

Personajes

Bibliotecas, ferias y exposiciones

Numeralia: 25 libros leídos.

Lecturas de:



viernes, diciembre 09, 2011

Ser médico



Para Willly y Eli, hijos de un excelente médico
Para David, prospecto de excelente médico

La valoración de lo que representa y es un médico es muy tangible cuando el enfermo es algún familiar o uno mismo. Hace varias semanas, junto con otros familiares, viajamos detrás de una ambulancia. En la ambulancia uno de nuestros familiares acompañado de una doctora y de otra persona de la familia. Y así llegamos en la madrugada a la ciudad de México. Nuestro familiar fue internado enseguida en uno de los Centros Médicos Nacionales. Otros médicos lo examinaron, a él y a su expediente. Le hicieron otros exámenes y programaron la intervención. Ingresó al quirófano y salió de allí a las tres horas. Tuve la oportunidad de dialogar con él enseguida. Me dijo: me siento fuerte, estaba demasiado débil, sentí el bombazo de la sangre en todo mi cuerpo. La salud estaba recobrándose. Uno de esos días, en una de las aceras de las inmediaciones del Centro Médico, me encontré el libro del doctor Eduardo Césarman. Lo leí aquella ocasión de un solo tiro.

Este breve libro reproduce las palabras del eminente médico cuando ingresó a la Academia Mexicana de Medicina. Hace un recuento de su formación como médico en la antigua Facultad universitaria del centro histórico de la ciudad de México, en el edificio que fue de la santa inquisición –donde por cierto estudió Manuel Acuña en el siglo XIX-. Comparte el doctor Césarman sus vivencias en el desarrollo de la medicina en México. Como se ha ido transformando la atención médica. La cercanía que inicialmente había entre el médico y el enfermo. Paciente, porque hay que tener paciencia para aliviarse.

Identifica algunas deformaciones en el servicio médico. Se tienen influencias de los laboratorios que producen los medicamentos y de las empresas que venden seguros de gastos médicos. Subraya el médico la relevancia de que los servicios de salud estén a cargo de instituciones del Estado, para que éstos no sigan siendo una mercancía más del entorno capitalista y que solo están al alcance de quienes tienen recursos para pagarlos, privando de ellos a muchos mexicanos sin recursos suficientes.

Tuve la oportunidad de conocer de cerca la formación de un médico. Mi hermano mayor –Eliab, hoy hubiese cumplido 56 años- fue un excelente médico. De él solo conservamos sus tres títulos, el de médico general y los de sus dos especialidades, éstos últimos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Y la memoria de su dedicación al estudio y a la atención de la salud de otros. Recuerdo una media plana en uno de los diarios de una ciudad del norte del país con el agradecimiento de uno de sus pacientes y su familia por lo que hizo por él, por la recuperación de su salud.

Y tenemos otra oportunidad de la vida. Otro médico en la familia, mi hijo mayor –David-. Habiendo ejercido su profesión en su consultorio, en pocas semanas iniciará su especialización. Llegará a ser un excelente médico. Así lo pienso, para la atención de algunos infantes, muchos. Ya será.

Cuánto les debemos como sociedad a los médicos. Algunos la salud, otros piensan que la misma vida.


Título: Ser médico
Autor: Eduardo Césarman
Editorial: Miguel Ángel Porrúa
Edición: Primera, mayo de 1992.


jueves, diciembre 08, 2011

Fragmentos de identidad

Listo para nacer


Texto leído en la apertura de la
exposición de Daniel Cruz

La obra expuesta

El trazo es preciso. La paleta de colores va de la luminosidad a los grises obscuros. En algunos de ellos, como Picucho y Dentro de mi se advierte la influencia de Tamayo, tanto en la figura como en el color. Y en otros como Toche hay la percepción de la influencia de Toledo. Y no podría ser de otra manera. Los dos grandes artistas del México moderno influyen en los pintores de la llamada Escuela Oaxaqueña.

Picucho


En Enlace, Trilogía, Nueva Familia y El cambio los trazos son muy geométricos. El primero de este cuarteto quizá evoca la otra vocación del artista, o mejor dicho las otras vocaciones del artista. Un enlace mantiene unida una red eléctrica, también un enlace inicia una red de amigos. La construcción de ambos tipos de enlace son algunas de las vocaciones del pintor.

Enlace


Apocalipsis está pintada mostrando una pareja de esqueletos. La pareja que da origen a la procreación y preservación de la raza humana muere y se acaba el mundo. Y quizá algo de ello hay en la anual festividad de los muertos, que se ilustra con esqueletos y destacadamente con calaveras. De las figuras que se vuelven cotidianas ya no se advierte que son una visión del fin del mundo. La visión jocosa de la muerte se confirma con Jamilet, la calaca con sandalias de tacones y plataforma, a amanera de una catrina moderna.

Jamilet

Y en el origen, el génesis, todo está en calma. Tal calma se aprecia en Listo para nacer. Las líneas curvas dan resultado a la figura principal, lo que permite asegurar una buen trabajo de composición. Trazo, línea, forma, figura. Y listo.


El artista

¿Cuándo nace un artista? Probablemente cuando se decide a hacer lo que quiere para manifestar su sentir. En este caso a través del trazo y la paleta.

Daniel Cruz volaba. Literalmente lo hacía en parapente. Ello le dio la oportunidad de ver el mundo –la Tierra- desde un punto distinto del que la inmensa mayoría lo vemos y vivimos. Es ingeniero. Es electricista. Y ahora, y quizá desde hace mucho, es un artista plástico. Acompañémoslo a disfrutar de su obra.


Daniel Cruz y Salvador López



miércoles, diciembre 07, 2011

Pro lectura



En este blog se han reseñado libros. También otros eventos: arte, historia, visitas a bibliotecas, personajes. Ahora publica una serie de carteles recibidos en mi buzón de correo-e. Por su vigencia y trascendencia aquí se comparten. Reconozco que soy prole. Pro lectura.












Además del resbalón de Enrique Peña Nieto, aspirante a la presidencia de la República por el PRI, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, al confundir al autor de La Silla del águila, Carlos Fuentes con Enrique Krause. Esta semana también resbaló Ernesto Cordero, aspirante al mismo puesto por el PAN, al confundir a Isabel con Laura Restrepo, autora de La isla de la pasión, y Mario Delgado, aspirante a Jefe de Gobierno del Distrito Federal por el PRD, al confundir a Mario Vargas Llosa como autor del libro de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad.

Están invitados a leer.

Adendum sabatino:
Y otro que resbaló fue el exsecretario de Salud y aspirante a la gubernatura de Guanajuato, del PAN, Jesús Córdova, dijo haber leído El principito de Maquiavelo.  Grave confusión, el autor es Antoine de Saint- Exupèry. Maquiavelo escribió El principe, obra primordial para entender la política.


Ademas otra serie de carteles.







martes, diciembre 06, 2011

Historia de un billete



Una lluvia de billetes de denominaciones altas y bajas cayeron sobre la montaña en las cercanías del poblado de Chinconquiaco, en la Sierra Madre Oriental. La insólita lluvia sorprendió a los habitantes de los poblados cercanos. No se sabe cuántos de ellos alcanzaron a recoger parte de lo llovido en el amanecer de un día de otoño. La historia, parte inventada, es contada por Magno Garcimarrero. Partió para ello del relato que años antes escribió Alberto Flores en su columna habitual del semanario xalapeño Punto y Aparte.

Aunque el propósito de la obra no es la numismática, inicia con una descripción del papel moneda que circulaba en México a mediados del siglo XX. Algunos de esos billetes no los conocía, por la cantidad de ceros y la época. La descripción se acompaña de imágenes de esos billetes que tenían a La Tehuana el de diez, la Columna de la Independencia con su Victoria Alada el de un peso, la Gitana el de cinco, el retrato de perfil de Doña Josefa Ortíz estampado en los de veinte, los ojos de gringa –por azules- con la efigie de Ignacio Allende los de cincuenta, Miguel Hidalgo en sepia en los de a cien, el indomable Morelos con su paliacate en la cabeza en los de quinientos, en los de a diez mil el rostro de Matías Romero. La historia de este libro es la de uno de mil pesos con Cuauhtémoc.

Al amanecer del 16 de diciembre de 1949, un avión DC3 de Mexicana de Aviación que partió de la ciudad de México y con una primera escala en el puerto de Veracruz, no llegó a su primer punto de aterrizaje. La niebla del amanecer provocó una desviación del curso y la montaña detuvo súbitamente al aparato. Hubo un incendio parcial y roturas del fuselaje, por lo que algunas maletas se desprendieron y rompieron dejando su contenido al viento. Una o varias de esas maletas contenían un tesoro en billetes del Banco de México, 5 u 8 millones de pesos, no se supo con certeza cuánto. Los billetes, de los cuales algunos se quemaron total o parcialmente y otros se fueron a merced del viento intactos, fueron recogidos por los lugareños hasta que llegó la tropa que buscaba el avión, asegurando los que quedaban. Murieron todos los pasajeros y tripulantes.

Garcimarrero hace el ejercicio de seguir uno de esos billetes, de a mil. Ubica la moneda de papel en manos, bolsillos y carteras de varios personajes de la capital e istmo veracruzanos, hasta llegar a un singular personaje xalapeño, el licenciado Zayden. Y él decide montar una exposición numismática a la que concurren los descendientes de algunos de los poseedores temporales de los billetes que un amanecer cayeron del cielo, en medio de la niebla.

Hace varios meses leí el libro. Tuve la oportunidad de conversar del tema con Alberto Flores, quien lo refirió en Punto y Aparte. Me queda el pendiente conversar con el licenciado Zayden. La historia es singular. Hizo felices, por una riqueza momentánea e inesperada, a varios. Y a decir del autor, con algunos de esos billetes se compró la primera televisión que hubo en Xalapa. ¿Qué habría pasado sí los billetes caídos del cielo se hubiesen utilizado en la educación, construyendo alguna escuela, por ejemplo? Tal vez la televisión se vería de otra manera y no sería tan influyente en la conducta diaria.

La lectura se hace ágil por el lenguaje que utiliza el autor. Abogado, escritor, ex senador, bohemio y a veces comediante.


Título: Historia de un billete
Autor: Magno Garcimarrero
Editorial: Punto y Aparte
Edición: Primera, junio de 2011.