domingo, marzo 30, 2008

Sobre la fotografía



Ensayo escrito por Susan Sontag sobre el arte de tomar fotografías. La autora trata sobre la fotografía desde su invención hasta la década de los setentas del siglo XX.

Se toman fotografías para coleccionar el mundo dice la autora. Me surge la pregunta ¿cuántas fotografías hay de ciertos paisajes del orbe? Sin duda que de muchos sitios del mundo hay una inmensa cantidad de fotografías. Pienso en una caída de agua en algún lugar muy visitado de la Tierra, la escena aunque aparentemente es la misma va cambiando en forma continua, el agua va corriendo, no es la misma a cada segundo en el mismo sitio exacto, en una secuencia fotográfica puede captarse la que parece la misma escena y no lo es, así a lo largo del tiempo. En esto la fotografía es un registro de una parte de la realidad, que a la vez nos sirve para conocer lugares distantes, algo que no conoceríamos si no existiese la fotografía. Aun cuando existe la pintura que, de alguna manera, sirvió para hacer ese registro de la realidad y llevarlo a otras partes.

Me gusta tomar fotografías, es algo que he hecho desde niño. No recuerdo con precisión cuál fue la primera fotografía que tomé. La primera cámara fotográfica que conocí fue la de mi padre, una caja negra, un paralelepípedo, al frente tenía su lente que abracaba casi toda la superficie, en la parte superior, en un pequeño rectángulo, la mirilla donde se veía la escena a fotografiar, había que colocársela a la altura del diafragma, ver la escena y oprimir el obturador. Las fotografías así tomadas quedaban guardadas en el rollo o película que se llevaba a revelar e imprimir cuando mi padre iba a la ciudad, donde dejaba el rollo y en un siguiente viaje volvía con el cuadernillo de fotografías en blanco y negro. Luego ya hubo fotos a color.

Las fotografías son una pequeña parte de la realidad y constituyen un registro de escenas o sucesos a lo largo del tiempo. He visto algunas fotografías en museos. Cuando era adolescente, adolecía de mucho, tuve la casual fortuna de estar en la inauguración del Archivo Casasola en Pachuca, Hidalgo. Allí vi el registro fotográfico de los sucesos de la Revolución Mexicana y de las primeras décadas del siglo XX mexicano. Impresiones en sepia, revolucionarios con sus carrilleras, algunos montados en sus caballos o sobre los vagones de trenes. La Adelitas, mujeres de la Revolución, me impresionaron, me siguen impresionando.

Hace dos semanas fui al Palacio de las Bellas Artes, en el centro histórico de la ciudad de México, y vi la exposición homenaje al cinefotógrafo Gabriel Figueroa por su labor en el cine mexicano de mediados del siglo pasado. Vi fotografías de otros autores, vi a México por la lente y los ojos de otros que ya no están entre nosotros. Esa muestra fotográfica nos permite ver algo de lo que ha sucedido en estas tierras mexicanas. Por ello la fotografía ha sido y seguirá siendo una forma de conservar la memoria de lo que somos.

Leer a Sontag me hizo conocer otras maneras de interpretar el porqué de la fotografía en otras culturas. Ella se refiere en específico a los registros fotográficos de los Estados Unidos de América y de algunos casos de Europa. En cada país la fotografía ha tenido y tiene significados para sus circunstancias.

La fotografía nos acerca a los seres humanos. Es por imágenes que conocemos cómo son en otros países, otras culturas. Es, por ello, un invento que ha ayudado a la humanidad, en algo fundamental que es conocerse, mirarse, aun cuando sea sólo en imágenes. De la fotografía, imagen fija, surgió el cine, luego el video. La televisión tiene como su antecedente básico a la fotografía. Y ahora por medio de la Internet y las fotografías podemos saber qué pasa del otro lado del mundo. Es la fotografía un espejo que refleja partes de las imágenes de lo que es la humanidad y el universo. Y eso es mucho.


Título: Sobre la fotografía, título original: On Fotography, 1973
Autora: Susan Sontag
Traducción de Carlos Gardini, revisada por Aurelio Major.
Editorial: Alfaguara
Edición: Primera en México, julio de 2006.


En la imagen, fotógrafos de medios y concurrentes a una Jornada en Defensa del Petróleo presidida por Andrés Manuel López Obrador en Xalapa, Veracruz, el 28 de marzo de 2008. Algunas de las imágenes obtenidas y publicadas en los medios son para denostar al personaje y otras para registro de que allí estuvieron con él.

domingo, marzo 09, 2008

Ícaro

Una docena de cuentos, ensayos y relatos conforma esta pequeña antología de Sergio Pitol. Breves textos con un lenguaje que va de lo sencillo a lo más elaborado. Recorridos en el tiempo, vueltas a la infancia, recorridos por el mundo. Los relatos de sus experiencias, en viajes a lejanos lugares, nos acercan al autor, al compartirnos sus vivencias, de su disfrute por la vida, muy intensa.

Textos escritos en diversos años de la segunda mitad del siglo XX, la mayoría en Europa, otros escritos en México y alguno en Xalapa. El escritor comparte su experiencia de cómo escribió su primer libro, El tañido de una flauta. Relata cuánto le costó escribir Juegos florales, a partir de un viaje a Xalapa y Papantla.

Su experiencia en Vindicación de la hipnosis nos lleva a conocer su ser más íntimo. En este relato describe cómo vivió una sesión de hipnosis conducida por un médico. Va hasta su infancia. Sufre la pérdida de su madre. Atoyac, Potrero, Huatusco están es sus vivencias. Comparte sus sensaciones de liberación posterior a esa sesión. Comparte de su cuaderno de notas diarias: “Somos una mezcla terrible, y en cada individuo coexisten tres, cuatro, cinco individuos diferentes, así que es normal que ellos no concuerden entre sí”

Un relato que me parece muy atractivo es el de sus vivencias con su amigo Enrique Vila-Matas en la capital de Turkmenia, Asjabad, a donde acude como invitado de la universidad a dictar una conferencia sobre la primera novela mexicana, El periquillo sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi. Tienen una recepción muy cálida, banquetes y convivencias con artistas, cineastas y universitarios. El final es sorprendente, Vila-Matas es prácticamente expulsado de la ciudad y su conferencia, la de Pitol, no es del éxito previsto. De cualquier forma el texto permite al lector conocer rasgos de esa república exsoviética, en un territorio desértico, que pasó de campesinos y tejedores de tapetes a un emporio petrolero con desarrollo para toda la población.

Ícaro, el cuento final que le da título a la antología, es muy intenso, un tanto surrealista, los cambios en la vida, del disfrute de lo mejor hasta el borde con la miseria

Leer a Sergio Pitol es aprender de lugares muy lejanos, nombres de ciudades y sitios del otro lado del mundo. Es, un tanto, viajar con él.

También es de elogiar la labor de la editorial Almadía por este libro de su colección Mar abierto, que incluye en su portada el grabado Nacimiento de Francisco Toledo y una cubierta blanca sobrepuesta que permite verlo en tres pequeños círculos calados.


Título: Ícaro
Autor: Sergio Pitol
Editorial: Almadía
Edición: Primera, octubre de 2007.


En la imagen, un cartel sobre Sergio Pitol en la Feria del Libro Universitario. Xalapa, septiembre de 2007.