martes, marzo 21, 2006

Un indio zapoteco llamado Benito Juárez


Fernando Benitez escribió este libro que se publicó en 1998. Lo leí entonces y estoy volviendo a leerlo.

Hoy tiene ocasión el bicentenario del natalicio de Benito Juárez, él nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, en la Sierra Norte del estado –provincia- de Oaxaca, en el sur de México.

Escribe Benitez: “Nuestra historia en el siglo XIX es trágica y gloriosa por Benito Juárez, un indio zapoteco que nació en Guelatao, una aldea que no tenía iglesia ni escuela; un hombre que, no obstante haber nacido en las postrimerías del Virreinato y sufrido en carne propia el infamante sistema de castas, concluyó sus estudios de jurisprudencia y llegó a ser presidente de México”

El libro está estructurado en cuatro grandes capítulos: Un indio zapoteco, la Reforma, la Intervención y el Imperio y la Patria recobrada. Además el epilogo.

Benitez nos describe las circunstancias en que nació Juárez y la forma en que vivió sus primeros doce años, en San Pablo Guelatao, siendo pastor de ovejas.

El autor trae a su libro la descripción del contexto que se vivió en México en esos años. La independencia de México. La presencia de Joel R. Poinsett, considerado precursor de la CIA. La doctrina Monroe.

El traslado de Benito a la ciudad de Oaxaca. Sus estudios en el Seminario primero y luego en el Instituto de Ciencias y Artes donde se graduó de abogado.

Su incursión en la política, primero como diputado.

En el contexto de la relación con Estados Unidos, la separación de Tejas y su anexión.

El matrimonio de Benito, con Margarita Maza, de ascendencia italiana, hija de su antiguo protector Antonio Maza

La Reforma El establecimiento de leyes que separan al Estado de la Iglesia. La lucha entre los conservadores y los liberales. Una nueva Constitución en 1857. La guerra de Reforma.

La intervención francesa, pretendiendo establecer una imperio, teniendo como aliados a los conservadores traidores. La defensa de la República. El presidente itinerante, que va desde la capital –Ciudad de México- hasta Paso del Norte –hoy ciudad Juárez- en la frontera, abordo de su carruaje y en compañía de su reducido gabinete. El exilio de su familia. La muerte de sus hijos.

Finalmente el ejercito de la República vence al ejercito francés invasor. El que intento ser emperador –Maximilano de Absburgo- es capturado, enjuiciado, sentenciado y fusilado, junto con sus aliados traidores a México.

La República es restaurada. Juárez retorna a la capital y continua con su labor de establecer el orden y dar forma a este país. Restablece la legalidad. Restablece su gobierno. Se restablece el Congreso. Se debaten ideas. Se piensa como debe ser México.

La vida de Benito Juárez fue difícil, es el presidente que más adversidades enfrentó, que encabezó la defensa de la República, que en las circunstancias en que lo hizo fue la defensa de México como país.

Murió Margarita Maza, su esposa. El 18 de julio de 1872, murió él siendo presidente de México.

Cosas de viajes. Este libro, que hace dos semanas tomé de uno de los libreros de la casa, tenía guardados, en la página donde se menciona el matrimonio de Juárez con Margarita Maza, dos pases de abordar de un vuelo de la ciudad de México a Monterrey de fecha 16 de diciembre de una línea aérea que ya no existe.


Título: Un indio zapoteco llamado Benito Juárez
Autor: Fernando Benitez
Editorial: Taurus
Edición: Primera, agosto de 1998.

sábado, marzo 18, 2006

¿Águila o Sol?



Octavio Paz, Premio Nóbel de Literatura 1990, escribió este libro de poemas que terminé de leer la noche del lunes último.

La escritura de Paz es especial. Su manejo del lenguaje, de las palabras es magnífico, las junta, las separa, las agrupa, juega con ellas.

¿Águila o Sol? es la expresión popular en México para jugar un volado, qué: cualquier cosa. Dejar que la suerte decida, que el azar tome la decisión, que la moneda vuele en el aire y al caer marque la suerte: ¿Águila o Sol?

El poema que le da título al libro es un recuento. Cito “Comienzo y recomienzo. Y no avanzo. Cuando llego a las letras fatales, la pluma retrocede...” así recuerda “Todo me servía: la escritura del viento, la de los pájaros, el agua, la piedra...”, concluye “Hoy lucho a solas con una palabra. La que me pertenece, a la que pertenezco:¿cara o cruz, águila o sol?

No es mi intención copiar todo este libro. Me gustaría hacerlo. Es delicioso leerlo. Sólo citaré algunos fragmentos.

Carta a dos desconocidas

“... Siguiendo tus pasos me acerqué a la desconocida, que me cogió de la mano sin decir palabra. Juntos recorrimos la costa solitaria hasta que llegamos al lugar de las rocas. El mar dormitaba. Allí canté y dancé; allí pronuncié blasfemias en un idioma que he olvidado. Mi amiga reía primero; después empezó a llorar. Al fin huyo. La naturaleza no fue insensible a mi desafío; mientras el mar me amenazaba con el puño, el sol descendió en línea contra mí. Cuando el astro hubo posado sus garras sobre mi cabeza erizada, comencé a incendiarme. Después se restableció el orden. El sol regreso a su puesto y el mundo se quedó inmensamente solo. Mi amiga buscaba mis cenizas entre las rocas, allí donde los pájaros salvajes dejan sus huevecillos.”

Eralabán

“Engendros ataviados me sonríen desde lo alto de sus principios. La señora de las plumas turquesa alancea el costado; otros caballeros me aturden con armas melladas. No basta esa falta de sintaxis que brilla como un pico de ámbar entre las ramas de una conversación demasiado frondosa, ni la frase que salta y a la que inútilmente detengo por la cola mientras le doy unos mendrugos de tontería...”

Mariposa de obsidiana –Itzpapálotl-

“...Me hice tan pequeña y tan gris que muchos me confundieron con un montoncito de polvo. Sí, yo misma, la madre del pedernal y de la estrella, yo, encinta del rayo, soy ahora la pluma azul que abandona el pájaro en la zarza...”

Toda una evocación a una deidad de los mexicas. Un recuerdo de la cultura mesoamericana. Nuestro pretérito, muchas veces presente.

Concluyo con las citas con el poema dedicado al pintor Rufino Tamayo, quién ilustró la portada de este libro, con su típico color rosa mexicano y el dibujo de la moneda en el aire, el volado.

Ser natural

“...Plumas coléricas o gajos de alegría, deslumbramientos, decisiones imprevistas, siempre certeras y tajantes, los verdes acumulan humores... ...los grises se abren paso a cuchilladas netas, a clarines impávidos. Colindan con lo rosa, con lo llama. Sobre sus hombros descansa la geometría del incendio...”

Y el colofón

Hacia el poema

“... Cuando la Historia duerme, habla en sueños: en la frente del pueblo dormido el poema es una constelación de sangre. Cuando la Historia despierta, la imagen se hace acto, acontece el poema: la poesía entra en acción.

Merece lo que sueñas.”


Título: ¿Águila o Sol?
Autor: Octavio Paz
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Edición: Primera y única edición conmemorativa, 2001
Primera edición: 1951.

martes, marzo 14, 2006

Pájaros de Hispanoamérica



Augusto Monterroso, de Guatemala, escribió este libro que terminé de leer el último jueves.

Éste es un libro de buena manufactura, me refiero a que es empastado con una portada que presenta a un hombre con corbata roja, cuyo rostros son varios pájaros, los pájaros a los que se refiere Monterroso.

El autor dice que no son retratos, que son huellas capturadas por él. Son 36 relatos de autores hispanoamericanos y otros, el último, sobre el propio autor.

Pocas veces un escritor hace un libro dedicado a sus colegas. En éste caso a todo un grupo de escritores de varios países de América, la de hala hispana. Inicia con un relato sobre Ernesto Cardenal, nicaragüense, sacerdotes y poeta. Me recuerda los poemas que leí de Cardenal en la desaparecida revista Plural, que se editó en la ciudad de México, y que refería a la vida en un lugar cercano a Solentiname, no me acuerdo donde dejé ese libro de poemas que leí, editado por Siglo XXI.

Siguen los relatos sobre Manuel Scorza, novelista, y Miguel Ángel Asturias, lingüista, compatriota del autor. De éste hace referencia a sus libros El señor Presidente, donde el personaje más desolado es el señor Presidente y sus Leyendas de Guatemala.

Una mujer entre las relatadas, Ninfa Santos, poeta, de Costa Rica. Refiere a su libro Amor quiere que muera, cuyo título fue extraído de un verso de Gracilazo de la Vega: “amor quiere que muera sin reparo”, Égloga segunda.

Otra mujer, Claribel Alegría, de El Salvador, que preparó con su esposo, Darwin Flakoll, la antología New Voices of Hispanic America.

Aparece Juan Rulfo con su foto, la referencia a sus obras El llano en llamas y Pedro Páramo.

Julio Cortázar, de Argentina, la referencia a su gran estatura y el libro Queremos tanto a Julio que le fue dedicado y escrito por varios autores latinoamericanos.

Más autores, poetas, narradores, novelistas, cuentistas.

El último, el propio Monterroso, quién refiere su baja estatura y dice de si mismo “Desde pequeño fui pequeño”. Él que es conocido por escribir el cuento más corto, o uno de los más cortos: Y cuando despertó, el dinosaurio aún estaba ahí.

Título: Pájaros de Hispanoamérica
Autor: Augusto Monterroso
Editorial: Alfaguara
Edición: Primera, abril de 2002.

miércoles, marzo 08, 2006

Sueño


Sueño que te veo con tu rebozo,
te cubre del sol, del viento, de la melancolía.
En otros sueños siento que tienes frío
y te cubre tu rebozo.

Despierto y pienso que luces un rebozo
blanco, rojo, negro, verde, crudo,
de hilo de algodón, de seda.
Imagino que llevas tu rebozo.

Recuerdo tu forma de pronunciar rebozo,
decir me llevé mi rebozo,
me tapé con mi rebozo.

Sé que te vez linda con rebozo.


Este es el quinto sueño, del intercambio con Leyla.
Lo escribí una noche de otoño, hace tres años.